Volver a clase después de casi dos meses de baja y encontrarme con el cariño de mis alumn@s es el mejor regalo que puedas imaginar. Luego sus preciosas cartas valorando y reconciendo pequeñas cosas que ven en mí; me emociona y me llena de felicidad. Estos son los pequeños detalles, que se convierten en grandes momentos que se guardan en el corazón para toda la vida. Gracias a mis angelitos me encanta ser maestra y disfruto de todas las actividades que hago con ellos. ¡Os quiero muchísimo!